Dr. Juventino Alberto Favela Campa
¿Qué hacer?
Es imposible pedirle a un niño que esté tranquilo. Saltan, bailan, corren, se llegan a pelear y constantemente se están llevando objetos a la boca y durante estas actividades pueden sufrir un golpe en un diente de leche, algo muy frecuente entre la población infantil, suele ser común, más en niños que en niñas de los 2 a los 4 años, que pueden ocasionar diferentes complicaciones, desde una simple molestia por un golpe leve hasta el daño del diente permanente en su sitio de formación dentro del hueso.
Generalmente, los incisivos centrales superiores suelen ser los más afectados por los traumatismos dentales, seguidos por los incisivos laterales superiores y los dientes centrales inferiores y es un tratamiento distinto a seguir cuando la pieza dental que ha sufrido este accidente en una pieza que recién ha aparecido en la boca como lo es un diente permanente.
Los dientes no están unidos al hueso precisamente, estos tienen unas estructuras como unas ligas (ligamento periodontal) que hacen que estos se mantengan en su lugar, y cuando sufrimos un golpe estas llegan a romperse, ocasionando un sangrado e incluso la ruptura de la comunicación de este diente con el cuerpo.
a forma en la que detectamos comúnmente que existe un problema con un diente de leche es por un cambio de color, los padres al momento del cepillado van notando que gradualmente el diente va cambiando tono, y ahora tiene la apariencia de un diente gris o algo café y nos toma por sorpresa, al continuar con la revisión también podemos observar una pequeña bolita en la encía de color rojo con ciertos tonos amarillentos, esto significa la presencia de una fistula, postemilla o un absceso dental, lo que significa que el diente ha perdido vitalidad ocasionado por el golpe.
Los pasos que debemos seguir en esta
situación son los siguientes:
Esta es la regla número 1, muy importante y que comúnmente rompemos, no debemos manipular la pieza después del golpe porque podríamos dañar formación de los dientes permanentes. El germen del diente permanente aun esta inmaduro y si manipulamos el temporal podríamos generar manchas, cavidades, desplazamientos o posiciones no deseadas. Por lo tanto, no trates de cambiar la posición del diente lastimado, mejor enjuaga cuidadosamente su boca con agua y sigue las siguientes indicaciones.
Si el diente se ha partido, puedes guardar el trozo fracturado y llevarlo a la consulta con el dentista, aunque no es necesario ya que se tomaran radiografías de todos modos. En caso de que se haya salido la pieza completa, podemos lavarla y entregársela al ratón o Hada de los dientes, ya que este no reimplantara para evitar dañar los dientes permanentes.
2. Aplica Hielo en la cara
El colocar hielo en la cara, en la zona del golpe o algún trapito frio ayudara a disminuir la inflamación.
3. Alivia el dolor
En caso de que tu hijo presente mucho dolor puedes administrarle algún analgésico, la dosis dependerá del peso y la edad del niño, por lo que debes consultar para
conocer cuál es el más adecuado.
4. Acude al dentista
Lleva a tu hijo al dentista. Le hará un examen de su boquita, un diagnóstico y te ofrecerá un plan de tratamiento que vaya de acuerdo a las lesiones ocasionadas. Aparte de considerar los problemas estéticos, es muy importante lo que haya sucedido por dentro.
El tratamiento a seguir puede ser desde la reconstrucción del diente, en caso de que haya sido un daño superficial hasta un tratamiento pulpar (comúnmente llamado nervio dental), ya que cuando la pulpa se daña puede o no presentar dolor y el diente se volverá oscuro, y muy probablemente sea necesario un tratamiento de Pulpectomía, que es la eliminación de la pulpa dental para evitar que esta pulpa con infección llegue a afectar a nuestro diente permanente que se encuentra sano y en formación.